lunes, 2 de junio de 2008

SINTOMAS DE LA HIPERTENSION ARTERIAL

En general la hipertensión arterial por sí misma no produce ningún síntoma. Por ello se dice que la hipertensión arterial es una enfermedad traicionera, que sutilmente va minando nuestra salud hasta que el daño es tan grande que se expresa con complicaciones graves e irreversibles: pérdida de visión, parálisis, incapacidad para hablar o hacerse entender, etc. En ocasiones la hipertensión arterial se acompaña de algunos síntomas, que, sin embargo, no son específicos de la enfermedad y se deben a otros factores asociados.Aún siendo así, debe tomarse la tensión arterial cualquier persona que note algunos de estos síntomas:

- Dolor de cabeza, sobretodo si aparece por la mañana, al levantarte, y se localiza en el occipucio.
- Vértigos.
- Zumbidos de oídos.
- Alteraciones en la vista.
- Hemorragias por la nariz o en la conjuntiva, junto al ojo.
- Caloradas: oleadas de calor y enrojecimiento en la cara o el cuello.
- Palpitaciones o sensación de latidos en el corazón.
- Taquicardias o aceleración de la frecuencia del pulso por encima de 100 latidos por minuto.
No obstante la mayoría de los pacientes hipertensos están asintomáticos (sin síntomas ni molestias subjetivas) hasta el fatídico momento en que se presenta una complicación.

DIFERENCIAS ENTRE TENSION ARTERIAL SISTOLICA Y DIASTOLICA

La tensión arterial sistólica (máxima) y la tensión arterial diastólica (mínima) no son dos clases o formas distintas de tensión arterial . La tensión arterial varía de un momento a otro por muchos factores. El factor fundamental que hace cambiar a la tensión arterial es la contracción de los ventrículos (sístole), que se produce automática y espontáneamente cada segundo de nuestras vidas, aproximadamente. La tensión (presión o fuerza impulsora de la sangre) que existe dentro de las arterias durante el periodo de REPOSO del corazón (DIÁSTOLE) se llama tensión arterial DIASTÓLICA (o MÍNIMA, o, popularmente, "LA BAJA").
Suele ser de 80 mmHg, que es una cifra suficiente para empujar a la sangre y mantener su flujo continuo hasta a todos los órganos y tejidos del organismo. Cada segundo de tiempo, aproximadamente, sucede, espontánea y fugazmente, una CONTRACCIÓN de los ventrículos (LATIDO o SÍSTOLE del corazón). Con cada contracción el ventrículo izquierdo expulsa unos 75 cc de sangre hacia la arteria aorta. La entrada de sangre en la arteria aorta y sus ramas, empujada por la sístole ventricular, determina que transitoriamente aumente la tensión arterial. Este aumento transitorio de tensión arterial, que coincide con cada latido del corazón, es la tensión arterial SISTÓLICA, o MÁXIMA, o, popularmente, también llamada "LA ALTA". Suele ser de 120 mmHg.